Este verano, busca realizar más actividades físicas en compañía de tus hijos y trabajen juntos en desarrollar buenos hábitos que les brinden una mejor calidad de vida. Un ejemplo de ello podría ser el patinaje, ya que es un deporte que no solo requiere fuerza física, sino una agudeza mental y rápidos reflejos.  

Fuerza física 

Aprender a patinar junto a tu pequeño les permitirán trabajar en su resistencia aeróbica, mejorar la circulación sanguínea, fortalecerá sus piernas, pulmones y corazón. También les permitirá tener mejor coordinación, mayor equilibrio lo que es ideal, especialmente, si tu pequeño sufre de dificultades motrices.  

Desarrollo mental y emocional 

Otro de sus beneficios, es que su práctica ayuda a entender los conceptos de disciplina, trabajo, superación, confianza, autoestima y seguridad. Les permite vencer el miedo a los obstáculos y a buscar soluciones rápidas ante las problemáticas.  

Lazos familiares 

La práctica de cualquier deporte, en compañía de sus hermanos, padres u otros familiares, permite al niño a fortalecer su confianza hacia esos miembros de la familia. Les permite identificarlos como personas con la que estarán seguros, que le ayudarán a enfrentar cualquier problema con paciencia y respeto, y permitirá a largo plazo, a desarrollar una comunicación más abierta.  

Ahora que lo sabes, anímate a intentarlo, y deja explorar el mundo a tu pequeño, sobre ruedas.